La vieja Europa y los viajes en tren
son conceptos que parecen ir de la mano, como el vino y el queso, o
la cerveza y las tapas. Una opción muy atractiva para descubrir un
continente, un toque poético otorgado por los raíles que marcarán
nuestros caminos.
Algunos consejos nos pueden ayudar a
hacer de este viaje lo más inolvidable posible.
Reserva los billetes con antelación
Viajar en tren no tiene porque ser
caro, sobre todo si lo hacemos en los trenes lentos y teniendo una
cierta flexibilidad que nos permita tener acceso a las mejores
tarifas. Depende el tipo de trayecto que pretendamos hacer nos
interesará un billete sencillo o, en el otro extremo, un Interrail.
Llega con tiempo a la estación
Algo obvio, sobre todo si tenemos un
billete abierto o pendiente de confirmación de alguna forma. A parte
de esto, no siempre es sencillo encontrar el anden de salida o el
vagón correcto para nuestra tarifa, con lo que una cierta antelación
no nos vendrá mal.
Bocatas entre raíles
Si comer en los aeropuertos o aviones
es realmente caro, los trenes no son una excepción. Mejor si
llevamos algo con nosotros como unos bocadillos o algo de picar,
nuestro bolsillo lo agradecerá enormemente.
Y
vosotros, ¿cómo
han sido vuestras experiencias en los trenes europeos?