Como muchos ya sabréis, la mayor parte de los procesos de reservas en agencias, hoteles, aerolíneas, alquiler de coches,... están automatizados, con lo que el cliente no necesita la presencia física en el establecimiento.
Todos sabemos que cuando vemos una gran oferta en la red, entre el precio ofertado y el coste final hay una notable diferencia. Incluso cualquier pequeña alteración cuenta con unos elevados costes de gestión, en ocasiones mayores que la modificación en si misma.
Los gastos pueden ser por facturar maleta, por realizar un check in, por el propio pago con tarjeta,... Sin olvidar que la propia estructura de las páginas es engañosa, incitando a contratar seguros (por ejemplo) sin que esta realmente sea la voluntad del viajero. Y si necesitamos contactar por vía telefónica... en general un problema y algo caro, si se trata de Ryanair una broma de mal gusto. Obligan a llamar a un teléfono irlandés y suerte si alguien responde, además de que en las contadísimas ocasiones en que lo hacen, pero no haber tenido respuesta, la legalidad y las formas no son para ellos.
Por estos motivos, entre muchos otros, se reclama una mejor y más efectiva forma de protección por parte de la UE.
Otro ejemplo es el coste de los cargos por tarjetas de débito o crédito: Wizzair, Ryanair y Aer Lingus, 7 euros; easyJet, 6 euros,...
El mayor problema es que este tipo de gastos extras, aunque sean necesarios para completar el proceso, se encuentran en una opacidad legal que nadie ha mostrado interés real en despejar.
Pero, ¿qué os parecen a vosotros estos cargos?
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