Todo el mundo quiere a su familia, ¿no? Entonces, ¿por qué cuando pensamos en las vacaciones siempre desechamos la idea de hacerlo en familia? Las vacaciones familiares pueden ser un éxito o un fracaso rotundo en función de si se organizan adecuadamente o no. En ocasiones puede ser un delgada línea la que separa algo inolvidable de una pesadilla.
Veamos juntos algunas cosas que nos pueden ayudar a la planificación, una guía que esperamos que entendáis en su justa medida
¿El mayor error? Gastar demasiado tiempo en la planificación de los detalles, esto es, en billetes de avión, horarios, traslados, transporte público,... no pasemos horas y horas para planificar las actividades de toda la familia. Para empezar, si los jóvenes son lo suficientemente mayores como para tener una vida independiente, dejemos libertad de movimientos, no buscamos una cárcel para ellos. Una buena solución puede ser organizarnos para que pasen la mitad del día juntos y el resto como prefieran, dejando que se socialicen y relacionen con otros jóvenes.
¿Una idea original? Se pueden proponer diferentes temas en función del día, desde qué hace a qué comer. Así cada uno puede encontrar su pequeño espacio y todos se ven con una importancia equitativa.
Si necesitaremos billetes, adquiramoslos lo antes posible. Si aún estamos buscando vuelos baratos, no podemos olvidar que si son los meses y fechas clave, es siempre más caro, más aún si encima nos dirigimos a un destino típico.
No olvidemos que el tiempo de las vacaciones en familia debe ser un placer, con lo que dejemos que todos tengan su espacio, tiempo y momento de intimidad. Si todo el mundo está relajado, la garantía de éxito aumenta exponencialmente. “¿Te acuerdas de aquella vez que fuimos...?”
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