martes, 8 de febrero de 2011

Lisboa, entre el Tajo y el Atlántico


La capital portuguesa es, en general, una gran desconocida pese a su proximidad. En ocasiones parece que la tenemos olvidada, lo que teniendo en cuenta sus atractivos y cercanía es casi algo obsceno. Pasear por sus barrios es todo un placer para los sentidos, la vida que recorre sus calles es tan atractiva y colorida que nos hace fluir con sus ritmos. El barrio del castillo, Alfama, el barrio alto,... todos y cada uno de ellos nos esconden pequeños secretos, que una vez que los descubres se convierten en grandes tesoros.

Entre monumento y monumento, paseo y paseo, disfrutar en una terraza del paso del tiempo se convierte en uno de los grandes placeres de la vida. Y dado la cercanía, tan solo necesita un hotel Lisboa, es el momento de iniciar tu viaje.

Si además tienes tiempo, no debes perderte Sintra, el pueblo de los palacios. La sensación que se percibe es como la de sumergirse en un cuento de hadas, solo que la realidad supera con creces la ficción. Lo mejor es que dado su cercanía, podemos comparar coches y alquilar uno que nos lleve hasta este mágico punto.

Lo cierto es que es una experiencia que merece y mucho la pena, es el momento de sumergirnos y descubrir los secretos de nuestros vecinos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario