El aeropuerto de esta ciudad Lawica, está muy bien conectado con vuelos regionales, sobre todo con la capital del país, Varsovia y con muchas otras ciudades europeas como Copenhague, Londres o Berlín. Para conocer esta ciudad polaca, aquí podeis encontrar vuelos muy económicos.
Sin embargo, Poznan me sorprendió por su colorido, por su gente joven, por los artistas tocando por las calles.
Se dice de los ciudadanos de Poznan que son ahorrativos, cabezones y bien organizados. Además, esta ciudad es la más antigua en Polonia, su primer asentamiento data de mil años atrás, siendo Poznan y Gniezno (ciudad situada a 50 kilómetros) las primeras capitales del estado polaco.
Uno de los edificios más fascinantes es el ayuntamiento, antiguo edificio gótico construido por Wenceslao II en el 1300 y que tuvo la desgracia de arder. Por suerte, fue reconstruido en el renacimiento por el arquitecto italiano Battista. Actualmente se usa como sede de la alcaldía de esta ciudad. Y rodeando el ayuntamiento, la plaza del mercado, también colorida y llena de vida.
También llama la atención de Poznan el inmenso lago Malta, rodeada de vegetación profunda, excelente para descubrir con las bicicletas.
Poznan es una ciudad universitaria y hay muchos estudiantes internacionales que llegan a esta septentrional ciudad polaca para cursar sus estudios de intercambio.
Polonia no es para nada un país atrasado: cuenta con los mismos comercios internacionales que en España solo que todo cuesta tres veces menos. Y claro, los salarios son tres veces menos también. Las ciudades aun siguen conservando trazos del comunismo. Y sus gentes, tristes y sombrias.
Los polacos son grandes bebedores. Muchos te diran que no, pero el beber forma parte de su cultura. Así que si vas a Polonia, alza tu copa y di Na zdrowie! (pronunciado algo así como Nasdrovie) y serás uno de ellos.
