Esto no afecta únicamente al sector turístico, obviamente. Los suministros, por ejemplo, son los otros grandes afectados, afectando sobre todo a la leche y derivados lácteos, así como a las frutas y verduras, debido sobre todo a su escasa duración en el tiempo.
Más que de evolución, quizás deberíamos hablar de degeneración. Las protestas de hace unos días en Sicilia fueron el inicio, extendiéndose ahora a regiones como Nápoles. Las medidas que han tomado desde el ente público es la imposición de multas de hasta 10.000 euros y la incautación de medios a los que bloqueen el tráfico.
Pero eso no es todo, en Lombardía la alarma, entendida de forma relativa, se extiende. Ya afecta a centros tan importantes como son Bérgamo y Mantua. Las autovías están en general bloqueadas, casos de la que recorre el trayecto de Napoles a Canosa, o la A4 de Novara. Manifestaciones multitudinarias en Turín, con paros en la circunvalación sur de la ciudad. Son olvidar las zonas de Emilia Romagna, la salida de Cesena Nord, Bolonia San Lazaro, la A7 hacia Génova... y subiendo...
Y no son solo camiones los que bloquean el paso, si no que casi todo tipo de conductores se han unido a las protestas, destacando la zona de Capri. En la isla se han adherido los taxistas, con sus antiguos coches que son usados casi exclusivamente por los turistas. Pero hay más ejemplos en la parte continental, casos de Milán, o la también insular Cerdeña.
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