lunes, 10 de mayo de 2010

Budapest, un paseo por los trazos del imperio

La capital húngara, un tanto desconocida y excluida habitualmente de circuitos turísticos, es una de las capitales más hermosas de Europa. Por sus calles se respira una grandeza decadente que nos mece de un esplendoroso pasado a un esperanzador futuro, como queriendo dejar de lado la historia más reciente.

La peculiaridad de los pueblos que conforman la Hungría de hoy, con lengua lejana al concepto indoeuropeo, sus vínculos con los suomis (finlandeses) y su aislamiento respecto a la Europa central a la que geográficamente pertenece, han dado lugar a un entorno que conserva una autenticidad matizada por un halo bohemio.

Alejada del concepto de ciudad de cuento que podemos experimentar en ciudades como Praga, tiene una “algo” especial en el ambiente, un atractivo intangible que enamora a quien se atreve a conocerla. Obviamente, su arquitectura no desmerece en absoluto.

La ciudad nos ofrece una visión del gran Danubio junto al Parlamento que nos acerca a tiempos de grandeza.

Un destino más que recomendable, si lo conocen, nos darán la razón a los que incitamos a su visita.

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