Praga, la ciudad de los cuentos

Capital de la República Checa y de la sugerente región de Bohemia, nombre que desde luego podemos decir se ajusta al espíritu de la ciudad. Dinámica y siempre cultural, con ese aire de grandeza pausada y en ocasiones pasada que, desde mi punto de vista, resulta tan atractivo, tan sensual. Cuando paseamos por sus calles se percibe la historia, casi se huele. Un ambiente que parece de un cuento de dragones, princesas y honrados caballeros de capa y espada, repleta de hechos grandiosos que se entrelazan con otros no tan positivos o alegres. Un claro ejemplo de esto último es lo sucedido en la Segunda Guerra Mundial, por un lado sorprende, por otro parece algo más que un aviso de lo que luego se ha repetido en tantas ocasiones: Praga fue bombardeada por el ejercito estadounidense por “error”, al parecer la “confundieron” con la ciudad alemana, y super bombardeada, de Dresde, ciudad vecina pero separada por 200 kilómetros… quizás influyera el hecho de la inminente liberación de la capital checa por parte de las tropas soviéticas…

De sus cafés y sus oscuros rincones surgieron grandes pensadores como Franz Kafka, todo un símbolo de la ciudad y no es para menos. Aquí se crió también el escritor Jan Neruda, poeta, dramaturgo,… que aunque nos pueda resultar algo más lejano podemos reconocer su importancia en el hecho de que Pablo Neruda tomó este apellido del checo, pues su nombre real es Ricardo Neftalí Reyes Basoalto. Quizás pocos sabíais esto, yo desde luego lo descubrí hace no mucho y me sorprendió.

Pero que más decir de una ciudad como Praga, tan conocida, tan bohemia. Para los que aún no la conocen una recomendación, es muy fácil conseguir unos vuelos baratos a Praga, no dejéis pasar la oportunidad de conocerla. Para los que ya la conocen, pudiendo encontrar hoteles baratos, ¿por qué no repetir visita? ¿por qué no volver a disfrutar de sus castillos, sus torres doradas, su famoso reloj y, porqué no, del contexto que tanto inspiró a uno de los grandes pensadores y escritores como fue Kafka.