El Tour de Francia, aliado de las
siestas de muchos veraneantes y una de las carreras más duras del
mundo. Se trata de un circuito de 3.497km a través de algunas de las
zonas con la orografía más compleja del país. Quizás alguna vez
lo hayáis pensado, pero por si acaso aquí os dejamos la idea: hacer
la ruta de forma amateur.
Vale que no es necesario seguir las
rutas más duras o ir al máximo continuamente, pero puede ser una
gran idea de tener unas vacaciones activas en Francia. No podemos
olvidar que su versión amateur es también considerada como una de
las más duras del mundo, pero eso sí, sus paisajes son
impresionantes, tanto por los lugares históricos que se recorren
como de un entorno natural que nos dejarán con la boca abierta entre
otras cosas por sus contrastes.
Una gran forma, y muy activa, de
descubrir la Francia más rural. Además, se trata de una ruta con
historia, pues se lleva compitiendo en ese duro entorno desde la
década del 1900. Una opción muy recomendable y nada soporífera...
Foto: peter cowley
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