
La ciudad de hoy, fusión de culturas, nos acompaña con una banda sonora inolvidable. El barrio gótico, a parte de su impresionante arquitectura, tiene un movimiento musical único. En sus calles podemos escuchar estilos e instrumentos de la más diversa índole. La ultra famosa Rambla nos recuerda la importancia de las artes escénicas y de la pintura, con sus estatuas humanas y sus grandes caricaturistas.
La obra única de un artista atemporal como Gaudí directamente nos transporta a otra dimensión, su originalidad hacen del parque Güell una obra única en el mundo. La casa Batlló y sus fachadas, la Sagrada Familia, esa última gran catedral, una obra que no perteneces a su tiempo, si no a todos y a ninguno a la vez.
Qué decir del parque de la Ciutadella, uno de los pulmones que hacen que la ciudad siga respirando, incansable. Aunque el auténtico pulmón costero no es otro que Montjuic, una de las
Pero la tendencia que mira al futuro no solo está en los muros inertes, está en sus gentes, en sus habitantes, en esa música que fluye viva por cada uno de los poros de la ciudad, siempre dinámica.
Barna, fusión de ideas, historia y futuro que junto al aroma mediterráneo la convierten en la ciudad más europea, más cosmopolita a este lado de los Pirineos.